Tuve que despedirme de mi cachorro de más de 10 años. Una Pom combativa y cariñosa llamada Riley. Fue una presencia habitual en las oficinas de Google durante más de 8 años, y llevaba a este chaval literalmente a todas partes. Los cachorros entran en nuestras vidas por un tiempo relativamente corto, ¡y lo echaré mucho de menos!