La gente puede oler la desesperación. Cuanto más persigues esa cosa, el trato, el logro, más se escapa. Pero cuando no lo estás forzando, a menudo simplemente ocurre. Qué irónico, ¿no? Ese es el poder de la reputación, y las oportunidades surgen cuando menos te lo esperas. Por eso es tan importante dejar de optimizar cada interacción para un retorno inmediato y empezar a construir relaciones genuinas, compartir tu camino públicamente y aportar valor donde puedas.