¡No más culpa blanca! La gloria de Occidente no reside en monumentos o máquinas, sino en hombres que se atrevieron a esforzarse, que trataron la lucha como sagrada y convirtieron la historia en su campo de pruebas. Nuestra grandeza nunca fue dada, sino tomada por aquellos que se negaron a arrodillarse. Enorgullece de quién eres.