La ciudadanía de coches dorados es la política más judía de todos los tiempos. Vender el derecho a la ciudadanía estadounidense al mejor postor... implicando que nuestra ciudadanía puede venderse. Usar el dinero para ayudar a pagar o financiar un gobierno deficitario para financiar las primeras guerras de Israel... Seguir siendo "daltónico" al vender las cartas y destruir la mayoría étnica europea que construyó Estados Unidos. Una absoluta vergüenza y una política nada sorprendente viniendo de Howard Lutnick (vecino de Epstein).