Me parece increíble que la gente crea de verdad que las acciones tienen algún valor real subyacente. Son esencialmente cartas digitales coleccionables que coleccionamos e intercambiamos entre nosotros, completamente subjetivas, impulsadas por la teoría del gran tonto, y fundamentalmente un juego de suma cero, lo que las convierte en el equivalente exacto a las memecoins.