El gobierno de EE.UU. envenenó a algunos de nuestros héroes militares y a sus familias en suelo estadounidense— y luego lo ocultó. Ahora les deben justicia a estas víctimas: arreglar el sistema de reclamaciones, acelerar el acceso a los registros y pagar una compensación justa antes de que mueran más personas. Esto es lo mínimo que pueden hacer.