Según BlockBeats news, el 8 de diciembre, el Banco Central de Argentina (BCRA) está considerando levantar la prohibición de larga data a las instituciones financieras tradicionales de ofrecer servicios de comercio y custodia de criptomonedas. Si se implementa, significará que las políticas regulatorias pasarán de una "prohibición explícita" a una "integración regulada", impulsadas por la realidad económica especial del país y la creciente demanda de activos digitales en el país.
Actualmente, la normativa de la BCRA prohíbe a los bancos comerciales ofrecer o facilitar transacciones de criptomonedas a sus clientes, lo cual se estableció originalmente para reducir riesgos y desalentar el uso de entidades financieras no reguladas. Sin embargo, el gobierno del presidente Milley siempre ha adoptado una postura más favorable al libre mercado y, en general, a favor de las criptomonedas, y está evaluando una serie de reformas regulatorias que permitirán a los bancos entrar formalmente en el mercado bajo un marco estricto y nuevo. Esta iniciativa es, en esencia, una respuesta pragmática a la realidad: los argentinos ya son de los usuarios más activos de criptomonedas a nivel mundial, debido a largos periodos de alta inflación, fuerte volatilidad de las divisas y dependencia de activos como las stablecoins en dólar para proteger sus ahorros.
La principal fuerza motriz detrás de la institucionalización de las transacciones cripto es la incorporación de la enorme actividad de trading ya generada en el sistema financiero en la sombra al sistema bancario regulado. Durante años, los argentinos comunes han dependido de Bitcoin y de las stablecoins para hacer frente a la continua depreciación del peso y eludir las restricciones de divisas. Si los principales bancos argentinos entran en el sector cripto, está destinado a cambiar significativamente el ecosistema financiero local. Actualmente, el mercado está dominado por proveedores independientes de servicios de activos virtuales (VASP) y exchanges nativos de criptomonedas. Una vez que los bancos entren en el mercado con su amplia base de clientes y fortaleza de capital, pueden ocupar rápidamente una posición dominante, ejerciendo una fuerte presión competitiva sobre las empresas cripto existentes.

