Hace unos años, estaba comiendo con un amigo que había pasado años en una startup que finalmente fracasó. "Pero aprendiste mucho, ¿no?". "No. No aprendí nada." "¿Por qué?". "Porque hay infinitas formas de fracasar, y solo un número muy pequeño de éxito." Me vino a la mente porque en semanas anteriores creo que estaba demasiado ocupado con VBI-"Muy malas ideas" (Ratio Sortino, DJIA, funciones de la compañía eléctrica, límites al arbitraje, algunos hallazgos de Ziemba). Pero no tiene sentido hacerlo. Hay un suministro casi infinito de malas ideas, y solo un puñado de buenas. Juro que dejo de sobre trabajos malos de los profesores de finanzas. Por favor, no me provoquéis enlazando algunos de estos artículos. El subgénero de las manías no necesita otro colaborador. Una coda: el amigo era húngaro. Los húngaros son los mejores y más divertidos pesimistas cósmicos del planeta y necesitan ser amados, apreciados y protegidos.