¿Y si la "libertad cognitiva" es el próximo derecho civil por el que tendremos que luchar? Como argumenta @byjacobward en Riskgaming, podemos amar un producto incluso mientras reconfigura silenciosamente nuestros bucles de toma de decisiones. Si los sistemas de IA se sienten geniales pero erosionan la autonomía, ¿cómo deberían responder los tecnólogos?