Historia tonta pero honesta: hace mucho tiempo, pedimos esta mesa de nogal el día que hicimos una oferta por nuestra primera casa, después de aceptar nuestros primeros trabajos. La casa era una cabaña muy pequeña y deteriorada en el bosque... Pero podíamos permitírnoslo sin hipoteca y lo reformamos por completo nosotros mismos poco a poco durante el primer año. En aquel entonces, la mesa era un lujo frívolo... Pero diez años después ha envejecido con nosotros; se ha mudado con nosotros... cuidadosamente aceitado y cuidado mientras se forman nuevos recuerdos cada día. Valió la pena. 🤝