Jung escribió sobre la "Personalidad de Maná", una condición que se manifiesta cuando el ego se encuentra con energía numinosa y poderosas fuerzas arquetípicas. El ego queda poseído por una energía casi maníaca, inflada y "divina". En lugar de reconocer estas energías como emergentes del inconsciente, el ego se identifica con ellas, provocando una sensación maníaca de superioridad del destino. En términos más esotéricos, esto significa que el ego ha encontrado altos niveles de conciencia, espíritus o dioses, y ha confundido el significado. El experimentador siente que ha sido elegido, destinado a la "Grandeza" y "ascendido" de alguna manera. Es un estado del ego espiritual en el que el experimentador ha encontrado espíritus poderosos, visiones, sincronicidades y estados energéticos, pero la interpretación es delirante, porque el ego cree que es la fuente. Parece ser una etapa en la que muchos quedan atrapados porque la tentación del poder psíquico y el significado sobrenatural seducen al ego, pero es solo otra prueba. Jung dijo que era una parte predecible del camino de la individuación. Herramientas como la numerología y la astrología también pueden contribuir a este inflamiento del ego. Tener un "buen" signo astrológico o un número maestro en tu carta puede alimentar la ilusión de la grandiosidad y hacer que uno se pierda aún más los pies en la tierra. En última instancia, estos pings de ego son simplemente inseguridad que surge de forma "positiva". La Personalidad de Maná es lo que ocurre cuando un ego no sanado recibe gnosis y se corona como Dios en lugar de inclinarse ante Él.