Pero ciertamente para la época actual, que prefiere el signo a lo que se significa, la copia al original, la representación a la realidad, la apariencia a la esencia... Solo la ilusión es sagrada, la verdad profana. No, se considera que lo sacro se incrementa en proporción a medida que la verdad disminuye y aumenta la ilusión, de modo que el grado más alto de ilusión llega a ser el grado más alto de sacralidad.