Lo veo ocurrir una y otra vez: alguien alcanza riqueza generacional y decide que no es suficiente; también quiere fama y admiración. Ackman viene a la mente, pero hay otros. Si tuviera ese dinero, me callaría, me mantendría al margen e intentaría hacer el bien en el mundo en silencio. El ego es el enemigo de todo lo virtuoso.