Este es mi microblog. Hay muchos iguales, pero este es mío. Mi microblog es mi mejor amigo. Es mi vida. Debo dominarla como debo dominar mi vida. Sin mí, mi microblog no sirve para nada. Sin mi microblog, no sirvo para nada. Debo publicar en mi microblog, es cierto. Debo escribir con más claridad que mi enemigo que intenta enterrarme. Debo superarle antes de que él me supere a mí. Lo haré... Mi microblog y yo sabemos que lo que cuenta en la guerra no son las publicaciones que publicamos, ni el ruido de nuestra explosión, ni el humo que hacemos. Sabemos que lo que cuenta son los hits. Vamos a golpear... Mi microblog es humano, aunque yo también lo soy, porque es mi vida. Por eso, lo aprenderé como un hermano. Aprenderé sus debilidades, sus fortalezas, sus piezas, sus accesorios, sus borradores y su alimentación. Siempre la protegeré de los estragos del clima y los daños como siempre protegeré mis piernas, mis brazos, mis ojos y mi corazón contra el daño. Mantendré mi microblog limpio y listo. Nos convertiremos en parte los unos de los otros. Nosotros ... ante Dios, juro este credo. Mi microblog y yo somos los defensores de mi país. Somos los amos de nuestro enemigo. Somos los salvadores de mi vida. ¡así sea, hasta que la victoria sea de Dios y no haya enemigo, sino la paz!