Es interesante ver cómo varía la tolerancia infantil en todo el mundo. Recientemente estuvimos en Tokio, Japón, y noté algunas muecas y miradas sutiles (aunque créeme, intentábamos mantener a nuestros hijos tranquilos y viajar en tren, en horas poco punta, etc.). Es un gran contraste con donde vivimos en Dubái, EAU, donde los niños se ven por todos los centros comerciales y el ruido infantil es aceptado como parte de la vida. Muchos restaurantes incluso te dan papel y ceras para que los niños dibujen, etc. Sri Lanka también es muy receptiva con el ruido y el comportamiento infantil, donde los niños literalmente corren durante las recepciones de boda y la gente apenas se inmuta.