Cuando el trabajo desaparece, el dinero se derrumba y la supervivencia se automatiza, eliminas las mismas presiones que empujaron a generaciones a construir, crear, sacrificarse y esforzarse. Obtienes consuelo sin retos y existencia sin ambición. O seguridad sin lucha. Y sin esas cosas, la mayoría de la gente no se eleva, pierde su propósito. Musk puede hablar de abundancia, pero la verdadera historia es el propósito que muere silenciosamente en el fondo. Un mundo distópico donde ya no tienes nada a lo que aspirar.