Hace un siglo, el presidente Calvin Coolidge firmó la Ley de Inmigración de 1924. Afirmó sin rodeos: "Los recién llegados deberían limitarse a nuestra propia capacidad para absorberlos. América debe mantenerse americana. Para ello, ahora es necesario promulgar una política de inmigración restringida." La Ley de 1924 fue aprobada por la Cámara y el Senado con un apoyo abrumador. Demócratas Y republicanos estuvieron de acuerdo. El proyecto de ley introdujo cuotas migratorias estrictas, nuevos requisitos de visado, la Patrulla Fronteriza y prohibió directamente a los inmigrantes de ciertos países que considerábamos incompatibles con nuestra cultura. Redujo drásticamente el número de personas que entraban en el país y ofreció una oportunidad para que la reciente "gran ola" de inmigrantes se asimilara. Para las décadas de 1940 y 1950, la sociedad estadounidense prosperaba con una economía en auge, una clase media en ascenso, una cultura común y una inmigración limitada. La ley estuvo vigente hasta 1965. Desde entonces, hemos experimentado décadas de inmigración *histórica*, tanto legal como ilegal. Hoy en día tenemos niveles más altos de nacidos en el extranjero que a principios del siglo XX, tanto en número bruto como en porcentaje de población. Esta inmigración masiva también ha incluido culturas muy diferentes a las mayoritariamente europeas que aceptamos entonces. Es evidente que necesitamos una vez más un cambio de política nacional, y debe ser bipartidista... Es hora de otra Ley de Inmigración.