Cuando te alejas y miras los últimos 30 años honestamente, está claro que el mayor cambio no ha sido en los hombres, ha sido en las mujeres y los datos lo demuestran. El matrimonio solía ser algo que ambos sexos generalmente esperaban para su futuro, pero en las últimas décadas ha cambiado. Hay muchas razones para ello, Toda una generación de niñas creció siendo informada de priorizar la carrera por encima de todo.. que el matrimonio limita tu potencial.. que los hombres son el principal obstáculo en tu vida.. y esa satisfacción proviene de la independencia completa en lugar de la familia. Las redes sociales amplificaron ese mensaje. Los influencers y las comunidades en línea recompensan un estilo de vida hiperindividual, centrado en uno mismo y desconectado de la construcción de una familia a largo plazo. Ya sea que alguien esté de acuerdo con esta tendencia o no, tiene consecuencias reales. Al mismo tiempo, los hombres reaccionaron a su manera. Todo el mundo de la "píldora roja" no apareció de la nada, surgió de la frustración de los hombres que se sentían ignorados, descartados o irrespetados en la cultura moderna de las citas. Parte de esa reacción es tóxica, parte de ella es válida, pero toda es una respuesta al mismo cambio cultural. Y la ironía es que ambas partes ahora se están alejando la una de la otra por razones opuestas. Las mujeres están cada vez menos interesadas en el matrimonio debido a lo que ven y escuchan en línea, el lenguaje, la falta de dirección de algunos hombres. Los hombres son cada vez más amargados y distantes porque sienten que las mujeres modernas no los valoran, no los respetan ni aportan nada de valor. Ambas partes tienen problemas reales. Ambas partes tienen frustraciones reales. Pero cuando las niñas, específicamente, dejan de ver el matrimonio o los hijos como parte de su futuro, tiene consecuencias para todos: - disminución de las tasas de natalidad - menos familias estables - comunidades más débiles - niños que crecen con menos estabilidad Nos guste o no, las familias son la columna vertebral de una sociedad que funciona y el matrimonio sigue siendo uno de los predictores más fuertes de estabilidad, movilidad ascendente y bienestar a largo plazo. No se trata de culpar a las mujeres o culpar a los hombres. Se trata de reconocer dónde ocurrió realmente el cambio cultural, cómo Internet lo aceleró y qué significa eso a largo plazo. Si la gente quiere que las cosas mejoren, tienen que dejar de fingir que la tendencia es neutral. No lo es. Ha habido un cambio importante en la forma en que las mujeres jóvenes ven las relaciones, el matrimonio y la familia, y el futuro de la sociedad lo reflejará.