A las mujeres se les enseña que no se les permite estar enojadas, que es agresivo, feo, siempre injustificado. Así que lloramos cuando estamos enojados, y se burlan de nosotros, nos menosprecian, nos despiden. Nunca hay una forma segura para que las mujeres sientan rabia, pero incluso en silencio se nos culpa por no decir nada