ESTADOS UNIDOS ADMITE UN VERDADERO MOTIVO EN VENEZUELA En un discurso reciente, la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, la general Laura Richardson, dijo en voz alta lo que Washington ha negado durante mucho tiempo: que su verdadera preocupación en América Latina no es la democracia o los derechos humanos, sino el control. Control sobre el petróleo, el litio, el oro y los minerales de tierras raras, las materias primas que sustentan los ejércitos, industrias e imperios occidentales. Richardson señaló abiertamente a Venezuela, una nación que se asienta sobre las reservas probadas de petróleo más grandes del planeta y vastos depósitos de minerales estratégicos. Durante décadas, las políticas de sanciones, golpes de Estado y guerra económica de Washington se han justificado en nombre de la "libertad" o la "promoción de la democracia". Pero sus comentarios confirman lo que millones de personas en todo el Sur Global ya sabían: siempre se ha tratado de apoderarse de los mercados, no de liberación. Desde las selvas del Amazonas hasta la Faja del Orinoco, rica en petróleo, el poder de Estados Unidos opera como una empresa colonial del siglo XXI, drenando a las naciones de su riqueza mientras califica la resistencia como "dictadura". El imperio no defiende la democracia; defiende el acceso. Y cuando una nación como Venezuela se niega a arrodillarse, se convierte en el próximo objetivo de una larga lista de proyectos de cambio de régimen que se extienden desde Bagdad hasta Caracas. El general Richardson no cometió un error. Ella dijo la verdad. El imperio ha hablado, y no es la paz lo que quiere. Es posesión. @VoxUmmah @venanalysis @qiaocollective @ProgIntl @KawsachunNews @OrinocoTribune @blkagendareport