Estoy bastante seguro de que si el New Statesman, digamos, hubiera publicado una imagen de portada de 5 parlamentarios judíos y el titular "La alianza judeofascista de Gran Bretaña", todos estarían (con razón) gritando antisemitismo. Pero el Spectator puede salirse con la suya porque los medios británicos son racistas e hipócritas.