A estas alturas, debería ser más que obvio para todos que el estado profundo está detrás de Bitcoin.
Un gobierno corrupto no promueve una moneda alternativa que no controlan y con la que pretenden esclavizarte.
Comprar Bitcoin es el síndrome de Estocolmo monetario, un tarro de miel para alejarte del dinero real.
Palantir no puede controlarte con moneda física de metales preciosos. El camino al infierno está pavimentado con dinero digital. Resiste a toda costa