Esta es una historia realmente increíble que muestra cuánto más China mantiene su atención en el objetivo que Occidente. Así que una startup *europea* llamada IB2 anunció *en EE. UU.* la invención de una nueva tecnología asombrosa para actualizar bauxita de baja calidad - previamente desechada como residuo - a bauxita de alta calidad, lo que la hace utilizable para fabricar aluminio y extraer minerales críticos como galio, litio y tierras raras en el proceso. En el contexto actual, pensarías que Europa o EE. UU. estarían muy interesados, ¿verdad? Incorrecto. De alguna manera, la primera instalación que la startup terminó construyendo está en Shanxi, China - construida en 10 meses (lo cual, como puedes imaginar, es casi increíblemente rápido). ¿Cómo? ¿Por qué? Velocidad y eficiencia. Según el fundador y CEO de IB2, Romain Girbal, recibieron "un apoyo masivo" del gobierno de Shanxi y pudieron avanzar a una velocidad increíble. Como él dice: "Nunca podrías ir tan rápido en ningún otro lugar del mundo - solo en China. Es único." Y no, no lo hicieron pisoteando las regulaciones ambientales que, contrariamente a la creencia popular, ahora son bastante drásticas en China. Como dice Girbal: “Construir una unidad en China está muy regulado - los materiales ambientales y peligrosos [están sujetos a] una regulación más estricta. Por supuesto, seguimos todo, pero tuvimos el apoyo de la provincia de Shanxi para ayudarnos a avanzar. A veces, siendo una empresa extranjera, las cosas pueden ser lentas debido a problemas de comunicación. Cuando a veces había retrasos, estaban aquí para ayudar y empujar.” No es que Occidente rechazara a IB2, sino que simplemente son muy lentos. Según el artículo, IB2 todavía está en la fase de conversaciones con los estadounidenses ("IB2 está [...] en conversaciones con posibles socios estadounidenses para permitirles usar más bauxita local, especialmente del estado del sur de Arkansas") y Europa, su hogar, - quizás no sorprendentemente - ni siquiera se menciona en sus planes de expansión. En cualquier caso, el resultado final es que, paradójicamente, China termina siendo el primero a nivel global en implementar una tecnología transformacional que, como dice Girbal, les permite ser “[menos] dependientes de Guinea y Australia [para bauxita]" y "recuperar para China su soberanía mineral." Eso es lo que lograr mantener la atención en el objetivo.