Uno de los peligros de tener cualquier tipo de gran audiencia, de los que nadie te habla por adelantado, es que, hagas lo que hagas o digas lo que digas, vas a hacer enojar a alguien. Si tienes una opinión política controvertida, hay alguien en tu audiencia que la va a odiar. Si criticas a algún grupo, hay alguien en tu audiencia que lo tomará de manera personal. Si te quejas de ese idiota que llevó su pit bull a Costco y atacó a un niño pequeño y le mordió la mano, hay alguien en tu audiencia que odia a los niños y ama a los pit bulls, y piensa que la ocasional mano de niño es un precio justo a pagar. Si dices que te gustan los pancakes, @waffleguy57585859 va a escribir una respuesta enojada y anunciar al mundo que te está dejando de seguir y bloqueando. La única manera de evitar recibir mensajes enojados regularmente sobre cómo has traicionado personalmente a un extraño al ser un ser humano real con opiniones, en lugar de ser exactamente lo que él imaginó en su cabeza, es convertirte en el equivalente humano de la música de ascensor... insípido, inofensivo, completamente aburrido y carente de autenticidad o sinceridad. Entonces no tendrás audiencia en absoluto. El único remedio real es tener una piel gruesa, lo cual puede ser más difícil de desarrollar de lo que podrías pensar. No siempre es fácil cambiar de marcha y recordar que el tipo que ha estado alabando tu trabajo ama tu trabajo, no a ti. Por supuesto, harás amigos reales en el camino, personas que les gusta tu trabajo Y a ti, pero el número de esos es limitado al número de personas con las que realmente puedes interactuar. Para el resto, solo tienes que darte cuenta de que no puedes complacer a todos, y está bien si algunas personas se echan de la audiencia. Esa es solo la naturaleza humana. Mientras haya suficientes personas que les guste lo que estás haciendo para justificar más de ello, estás haciendo algo bien.