Fui al hospital de nuevo, quinto día consecutivo. Ayer, mi abuela agarró mi mano y no la soltó, pensé que me estaba despidiendo. Hoy sonrió e intentó reír por primera vez. Todos en mi familia son más optimistas, pasamos de comprar velas a buscar una cama de hospital para casa. Es una montaña rusa agridulce 🎢