Hablemos de culpar el aumento del antisemitismo a Israel.

La eliminación indígena es cuando los pueblos nativos de una tierra son recastados como colonizadores, mientras que la identidad colonial de la tierra es recastada como indígena. Cada vez que a los judíos se les llama "colonizadores blancos", eso es eliminación indígena. El prefijo "blanco" no está destinado a describir la raza, sino el poder. En el lenguaje de la justicia social, "blanco" se convierte en sinónimo de dominación. Aplicarlo a los judíos es participar en la distorsión supremacista occidental de la identidad judía, transformando la historia de un pueblo sobreviviente que ha soportado milenios de persecución en la caricatura de una máquina global de poder y supremacía racial. Esa asociación se deriva de los Protocolos de los Sabios de Sion, un engaño antisemita que sigue siendo la lente a través de la cual los "anti-racistas" aún perciben a la comunidad judía global. Esa lente está moldeada tanto por la inversión estalinista como por la hitleriana. Explica por qué la gente se siente libre de decir cosas tan absurdas como "los israelíes son colonizadores blancos" y, en la misma respiración, "no veo cómo eso es antisemita". Al decir esto, son al menos honestos sobre cuán superficial es su comprensión. De tal manera que ni siquiera ven cómo su discurso socava los mismos valores que afirman defender.

Los occidentales blancos que utilizan el término "mártir" es la segunda peor pesadilla imaginable después de la parálisis del sueño.

Después de que Yahya Sinwar fue asesinado, el nombre "Yahya" se ha convertido en el nombre de niño de más rápido crecimiento en el Reino Unido. ¿Puede alguien explicar cómo los valores que idolatran a los intolerantes son compatibles con las democracias liberales?

La característica del privilegio es ver las revoluciones socialistas y yihadistas a través de ojos románticos. Qué afortunado es uno al no estar tocado por su brutal realidad. Qué lujoso es tener visiones del mundo a partir de libros y no de la experiencia. Qué distante debe ser uno para desestimar la carne y la sangre por sueños y fantasías. Los libros de texto pro-revolucionarios son novelas románticas para la mente tranquila de la élite occidental.

Alguien que se postula abiertamente para un cargo sobre el socialismo debería ser tan aterrador para el público como alguien que se postula abiertamente para un cargo sobre el fascismo. Excepto un pequeño detalle. Si alguna vez has leído un solo libro de historia, sabrás que no es tan malo. Es peor.

Es extraño. Si uno observara casi cualquier movimiento de masas, sistema de creencias de masas, percepción de masas, fervor político de masas, psicosis de masas, marco de masas, no puede dejar de notar la inquietante ausencia de una cosa por encima de todo: la verdad.

¿Por qué gritan "muerte a las FDI" y no muerte a sí mismos cuando nos acaban de decir que los colonizadores que tienen el descaro de festejar en los festivales de música merecen ser asesinados?

En todos mis años bordeando los márgenes de los grupos de derecha, nunca he estado en una reunión o mitin en el que una multitud coreara abiertamente la muerte a nadie, y mucho menos a miles gritándolo al unísono.

La vieja supremacía occidental convirtió a Occidente en el héroe de todas las historias globales. La nueva supremacía occidental convierte a Occidente en el villano de todas las historias globales. "Antirracismo" y "lucha contra el imperialismo" es solo la cepa más reciente del síndrome del personaje principal occidental.