Cada dato que no consiento explícitamente compartir merece la pena ocultarlo. Por eso cierro mis puertas con llave. Nada en mi casa es tan importante para nadie salvo para mí, pero es mía. No puedes tenerlo. Ven y tómalo. No me importa que el gobierno o un atacante poderoso pueda hacer lo que quiera. Voy a hacer que derriben mi puerta y se metan en un tiroteo para hacerlo. Lo mismo ocurre con la vigilancia y la recopilación de datos. Una sociedad donde muchos tienen la misma actitud que yo es una sociedad que respeta los derechos de las personas.