La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) acaba de anunciar que está eliminando su brazo de investigación científica y está despidiendo a cientos de químicos, biólogos, toxicólogos y otros científicos. La oficina de ciencia de la EPA proporciona la investigación independiente que sustenta casi todas las políticas y regulaciones de la agencia. Ha analizado los riesgos de los productos químicos peligrosos, el impacto del humo de los incendios forestales en la salud pública y la contaminación del agua potable por la fracturación hidráulica o fracking.

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