Al enseñar a un niño pequeño a leer, las principales prioridades son (en orden): 1) hacerlo divertido, terminar en un buen momento, lo que sea necesario para mantenerlos emocionados por hacerlo de nuevo mañana 2) asegurarse de que aprendan algo El pequeño progreso diario se acumula con el tiempo Leer es un maratón, no una carrera de velocidad