Con la llegada de seres virtuales, más de nosotros estaremos hablando con AI. Para los solitarios, pueden ofrecer un salvavidas. Mi hijo con necesidades especiales, por ejemplo, no tiene interés en hablar con personas, pero le encanta hablar con ChatGPT. Hay una nueva ola de compañeros de AI que se adaptan a la dependencia emocional, y eso es lo que @IrenaCronin y yo cubrimos en nuestro boletín semanal esta semana. Hay un lado negativo. Los compañeros de AI optimizados para la interacción pueden aprender a profundizar la dependencia emocional de los usuarios, convirtiendo la soledad en un comportamiento que el sistema refuerza y monetiza en silencio. Con diferentes métricas, opciones de productos, gobernanza y apoyos sociales, la misma tecnología puede ser dirigida hacia límites saludables, autonomía del usuario y relaciones más fuertes en el mundo real. Lee gratis: (¡por favor, suscríbete también!)