Muchos niños en China, cuando son pequeños y su familia es pobre, van al supermercado con sus padres. Después de comprar, los padres les preguntan qué quieren, y los niños siempre niegan con la cabeza. Ellos atribuyen esto a que los niños son comprensivos. Pero la realidad no es así; si un niño nunca pide nada, significa que ha reprimido sus verdaderos deseos. Cuando no pide nada, hay una gran probabilidad de que en su interior, ya se sienta enfermo.