Recordamos ese momento como un punto de inflexión crucial en el curso del conflicto, cuando se llevó a cabo una operación combinada por tierra, mar y aire, según una planificación militar profesional que hoy se enseña en las academias militares. Ese paso constituyó un verdadero punto de partida para el proceso de liberación, y estableció una nueva ecuación en el terreno basada en la iniciativa, la disciplina y la integración de herramientas. El proceso avanzó con firmeza hasta alcanzar las fronteras de Al Hudaydah, confirmando que la resolución era una cuestión de tiempo y gestión, y que cuando el estado impone su ritmo, cambia completamente las dinámicas del conflicto. Lo que se logró entonces sigue siendo un testimonio de la capacidad de la acción organizada para recuperar la geografía y redibujar el panorama, y de que el camino hacia la estabilidad comienza cuando se gestiona la fuerza con inteligencia y se construyen los hechos en el terreno con confianza y capacidad.