Durante un entrenamiento en Planet Fitness, un hombre con necesidades especiales seguía acercándose al chico de naranja y le daba apretones de mano, abrazos, hacía preguntas, contaba chistes, una y otra vez durante casi una hora. Este chico nunca lo ignoró. Se rió con él, lo ayudó, le dio consejos de entrenamiento, etc. Hacia el final, el hombre con necesidades especiales lo señaló y dijo: “Ese es mi amigo.”