No es sorprendente que el pueblo de Irán esté saliendo a las calles para protestar por la economía en colapso. El régimen iraní ha arruinado lo que debería ser un país vibrante y próspero con su extremismo y corrupción. El pueblo de Irán merece un gobierno representativo que sirva a sus intereses, no a los de los mulás y sus compinches.