Desde que escuché sobre el fallecimiento de mi amigo, he estado en profunda reflexión. Pasé el último día pensando en cómo damos la vida por sentada. Cuánto tiempo pasamos pensando en lo que vendrá y en lo que hicimos mal antes, en lugar de vivir en el presente. Pasa tiempo con tus seres queridos. Disfruta lo que tienes. Cuenta tus bendiciones y sé agradecido por lo que has logrado hasta ahora. Vive el momento. Porque nunca sabes si despertarás mañana o no, cada día que despiertas es una bendición.