Todos lidiamos con diferentes cartas, algunas peores que otras. Estar ahí quejándote de lo injusto que es el cripto, simplemente estás evitando lo inevitable. Al mercado no le importa tu trauma, y tampoco a la oportunidad o al éxito. Puedes pasar la próxima década amargado por lo que sucedió, o puedes dedicarla a convertirte en quien se supone que debes ser. Haz el trabajo, crece y ve a ganar.