Puede ser genial ser pobre y joven. Puede ser poético ser pobre, de mediana edad y solitario. Es sombrío ser pobre, viejo, con mala salud, solitario y en sociedades que favorecen el triaje. Porque recuerda que TÚ también podrías terminar pobre, viejo, con mala salud y solitario. Extiende la regla de oro y trata a los demás como te gustaría ser tratado, tanto estáticamente como dinámicamente, a través del tiempo.