Hace unos días en China, un Tesla Model Y se precipitó por un acantilado de aproximadamente 800 metros y cayó por la ladera de la montaña. El vehículo sufrió daños severos y sus ventanas se hicieron añicos, sin embargo, los pilares A y B permanecieron intactos, la cabina del pasajero no colapsó y la batería no se encendió. El conductor sufrió solo heridas leves. Después de que los equipos de rescate desmantelaron los restos, el vehículo fue recuperado y llevado para su reparación. El incidente fue ampliamente descrito como un "milagro de supervivencia", subrayando el efecto protector del diseño estructural rígido del vehículo sobre sus ocupantes.