La caída de @NewYorker me enfurece como pocas otras tragedias de la era woke. Era el faro del periodismo estadounidense y del comentario social / político. En el transcurso de unos cinco años (~2016-2021) fue arrasado en un insípido y aburrido contenido woke por la horda de comunistas de raza gay. Lo leí religiosamente durante más de una década. Cada número - de principio a fin. Recuerdo el día en que cancelé mi suscripción. Se sintió como cortar una extremidad enferma para salvarme.