Si preguntas, los defensores de la IA te dirán que en la próxima década o más tendremos: transporte ubicuo que se conduce solo sin intervención humana; servicios automatizados de oficina que programan por nosotros, hacen nuestras hojas de cálculo, ejecutan nuestras previsiones y toman mejores decisiones comerciales que nosotros; reactores de fusión nuclear que alimentan limpiamente centros de gigavatios; robots humanoides autónomos que trabajan en fábricas, realizan trabajos domésticos y construyen edificios; y AGI centralizada que puede auto-mejorarse y dirigir la civilización de manera benévola para el beneficio de la humanidad. A pesar de todo eso, si les preguntas si podrían encontrar una manera de pagar a las personas que crearon los datos de entrenamiento que están utilizando para hacer todas esas cosas posibles, te dirán que - y eso solo - es simplemente imposible.