Las personas que hacen todo con benevolencia y justicia, en realidad no son tontas. Más bien, lo hacen para poder sentirse en paz en un futuro momento de frialdad y deslealtad. Aquellos que son extremadamente sinceros no son torpes, sino que lo hacen para poder actuar con firmeza cuando llegue el momento de volcar la mesa. Una vez que este tipo de personas se dan la vuelta, nunca volverán.