En el libro blanco de Bitcoin de Satoshi de 2009, reconoció una de las mayores deficiencias del protocolo: "El público puede ver que alguien está enviando una cantidad a otra persona." Reconociendo que la privacidad para las blockchains es esencial. Muchos protocolos de criptomonedas hoy en día abordan la privacidad introduciendo una puerta de acceso con permisos para acceder a las finanzas de código abierto, evitando el acceso amplio a las finanzas programables para mantener la privacidad. La verdadera solución es un protocolo que sea tanto programable como privado. Donde los traders no son objetivo de liquidaciones. Donde los proveedores de pagos y los saldos de los usuarios no son visibles para el mundo. Donde los predictores se sienten seguros en mercados justos. Donde los agentes pasan de poder ser malvados a no poder ser malvados con nuestras preferencias digitales. Necesitamos que las criptomonedas pasen de HTTP a HTTPS. Una VPN para activos digitales. Privacidad Programable 2026.