Estoy cerca de la gente del sur y sureste de Asia, que han sido severamente probados por los recientes desastres naturales. Oremos juntos por las víctimas, las familias que lloran a sus seres queridos y todos aquellos que están brindando asistencia. Insto a la comunidad internacional y a todas las personas de buena voluntad a apoyar a nuestros hermanos y hermanas en esas regiones con gestos concretos de solidaridad.