A medida que la economía del continente entra en un canal descendente de pasar de lo virtual a lo real, cada uno de nosotros ha pasado de burlarse de los jóvenes japoneses, a no entender, luego a sentir compasión, hasta hoy que nos unimos a la fila de jóvenes que llegan a Japón… El problema de la generación Z radica en que la experiencia de vida tiene demasiados componentes digitalizados, lo que genera dificultades de conexión simbólica en diferentes grados 😓 La vida continuará, y cada uno de nosotros no puede escapar de la experiencia encarnada.