El debate sobre los inmigrantes somalíes revela que la izquierda piensa que tenemos la obligación de dejar entrar a inmigrantes que lo merecen y que la carga de la prueba recae en cualquiera que se oponga a ello para demostrar por qué cualquier individuo o grupo no debería ser admitido. Esta diferencia ayuda a explicar por qué el debate es a menudo inextricable. Obviamente, no creo que tengamos tal obligación y si se vuelve incluso un poco difícil o polémico, simplemente deberíamos decir que no.