Este es el auge de la clase de los apostadores... el especulador... que es el resultado inevitable que sigue a la devaluación en pocas palabras. Al igual que los NFTs hace cuatro años, la ilusión de la vivienda en 2006, y los "ojos" en 2000 — esto es lo que sucede con el comportamiento cuando la plena fe y crédito flaquean. Lo que está jodido es la noción de que esto no es el final, sino que la próxima ola será testigo de una depravación financiera que aún no podemos imaginar.