Durante la construcción del Costco de Mérida, los trabajadores descubrieron un sumidero natural formado por el mismo terreno de piedra caliza que crea los cenotes de Yucatán. En lugar de rellenarlo, los desarrolladores decidieron conservarlo y construir a su alrededor, convirtiendo el cenote en una pequeña área protegida justo al lado del estacionamiento. Está cercado, preservado y dejado como parte del paisaje, un recordatorio de que toda la península se asienta sobre antiguas cuevas subterráneas y sistemas de agua que pueden aparecer en cualquier lugar, incluso fuera de un Costco.