Mucha gente añora su infancia, pero yo no quiero mirar atrás, la odio: aquellos días eran demasiado duros, casi insoportables. También hay quienes quieren volver a los veinte, pero yo tampoco quiero. En ese entonces, era demasiado tonto, un joven ingenuo y despistado. Lo que más me gusta es mi estado actual. Ya sea en términos de capacidades físicas, acumulación de riqueza o comprensión mental, estar en mis treinta es, sin duda, la mejor etapa de la vida.