Cuanto más tiempo paso en el mundo de las criptomonedas, más me doy cuenta de que tengo cada vez menos ganas de participar en él. Hace unos años, solo invertía regularmente en algunas criptomonedas como Bitcoin y Ethereum; estrictamente hablando, realmente he estado involucrado en el mundo de las criptomonedas durante unos dos años. Pero recientemente, he llegado a aceptar y reconocer que las siguientes situaciones son bastante comunes en este ámbito: Romper promesas, traicionar la confianza, colaborar con grandes inversores para estafar a los pequeños, inflar precios, robar a mano armada, manipulación de precios, hacer dumping, operaciones con información privilegiada, fraudes y donaciones fraudulentas. En el mundo financiero, que ya es considerado muy corrupto por la opinión pública, al menos hay organismos reguladores que gestionan la situación; al menos en los casos mencionados, los principales culpables pueden ser inhabilitados de por vida o incluso ir a prisión. Pero en el mundo de las criptomonedas, que es como una jungla, solo importa el dinero; mientras puedas ganar dinero, no se revisa el pasado, e incluso puedes recibir premios de la industria, o invitar a menores a participar en juegos de azar. La rueda sigue girando, ¿qué pasará al final con esta industria tan salvaje y descontrolada? No lo sé, pero tengo un miedo cada vez mayor, miedo al desenlace.