El glamour del Mal te invita a un mundo de depravación y oscuridad más allá de tu comprensión. En cada paso hacia este mundo, se te pide que te rebajes y debes hacerlo de manera voluntaria. Al igual que los vampiros deben ser invitados a tu hogar antes de que puedan hacerte daño, el Mal debe ser invitado a tu vida. Hacer el bien no solo es valioso por sí mismo, sino que también te mantiene en el mundo de lo Bueno.